La salud y la enfermedad cuántica.
Conceptos de física cuántica.Aplicando los conceptos de la física cuántica, podemos interpretar las características fundamentales que diferencian la biológico de lo no biológico. Este concepto lo denominamos POSICIÓN TEMPORO-ESPACIAL, que explica además la capacidad funcional, en sistemas, de los seres vivos. Su desviación desencadena las alteraciones funcionales y/o estructurales que se manifiestan como ENFERMEDAD.
Posición TEMPORO-ESPACIAL de los substratos
El concepto espacio-tiempo, que diferencia los
substratos biológicos de la materia no biológica, genera
un nuevo enfoque en la interpretación de las estructuras.
Aplicando la concepción desarrollada por Stephen Hawcking, el tiempo
podría tener su principio en el Big Bang, pero se extiende con
proyección hacia el infinito. Los fenómenos (biológicos
y no biológicos) solo transcurre sobre la línea del tiempo.
Representaremos esquemáticamente la salud y la enfermedad. Proyectándolo,
el conjunto del tiempo, sobre el eje horizontal, en cuya línea
transcurre la manifestación física del objeto de nuestra
investigación; (átomo, molécula, individuo, etc.),
en adelante llamado "observable ".
El observable,
Se ubica en el "punto de referencia", lo que permite determinar dos sectores sobre la línea del tiempo: el pasado hacia la izquierda y el futuro hacia la derecha (sí se nos permite inferir que el tiempo avanza de izquierda a derecha).
(Entendemos por observable cada serie de datos experimentales que pueden ser transcriptos a una descripción teórica correspondiente a un objeto y su probable realización).
Otra variable que consideramos es el
espacio; todo aquello que ocupa espacio tiene masa, según
la concepción de A. Einsten, la masa es energía concentrada
y la energía es masa en expansión, por lo tanto todo
aquello existente en el universo, puede interpretarse dentro de esta polaridad
expresando su propensión a la masa (por ejemplo una roca) o la
energía (el fuego, el calor).
En esta relación masa-energía, del observable,
se establecen dos concepciones opuestas y complementarias:
a) Tendencia a la inercia; que le imprime
su condición de masa y que es
variable para cada elemento, sustancia o cuerpo.
b) Tendencia a la liberación o perdida
de energía; a lo que denominamos "entropía"
(magnitud termodinámica que indica el orden o desorden molecular).
Cada observable posee una propiedad que le permite orientar
sus campos de energía en relación a estos parámetros
y que por ello manifiesta una cualidad que permite relacionarse con su
entorno.
En este esquema el observable puede ser
catalogado según la ubicación de su eje energético,
respecto a los parámetros témporo-espaciales.
De acuerdo a la posición del eje cuántico,
con relación a las coordenadas descriptas, será
el grado de libertad. Y el grado de libertad, determina la capacidad
o libertad de acción.
Si el observable tiene una gran tendencia a
la inercia, su eje energético estará orientado hacia
la variable inercia, y su masa tendrá
preponderancia sobre el componente energético. El átomo
de la figura, por ejemplo, pertenece al reino mineral (su eje temporo-espacial
se orienta hacia la inercia y el pasado es decir que predomina la masa
y el paso del tiempo es más lento en referencia a las estructuras
biológicas).
Este mismo átomo puede modificar
su grado de libertad por el efecto de acciones externas (radiación
por ejemplo); entonces su eje energético se deslizaría vertiginosamente
hacia la entropía, por que su
posibilidad de liberar energía habría aumentado, y su orientación
será ahora, tendiente a la entropía y hacia el futuro, su
vida media es mas corta.
Lo expresado aquí para un elemento, es valido
también para conjuntos de ellos, (moléculas, tejidos, células,
etc.), cuyo eje energético será la resultante de la suma
relativa de los ejes de sus componentes.
Esta afirmación no es taxativa, pues no todos los átomos
tiene la misma "persistencia" o dominancia, es decir que algunos
tienen mayor resistencia al efecto de cambio y su posición temporo-espacial
domina sobre la de otros átomos más "débiles",
maleables o recesivos.
Al mismo criterio se aplica para la variable tiempo. Un observable, puede
tener orientado su eje energético, con mayor o menor tendencia,
hacia el futuro, o hacia el pasado, en cuyo caso, estará directamente
relacionado con su propensión a envejecer o a permanecer estable
en el tiempo.
Un átomo perteneciente al reino mineral es mucho más estable
en el tiempo que el que participa de la actividad biológica o del
que emite radiaciones, cuya vida media es relativamente corta.
Posición temporo-espacial del sustrato biológico
Bien sabemos que no todo átomo de la naturaleza
puede formar parte de las estructuras biológicas. La Energía
Vida no ejerce su efecto en todos los elementos por igual; por ello no
podemos alimentarnos con tierra, arena o madera, a pesar de que allí
existen todos los átomos necesarios para la actividad biológica
(C, H, O, N). Para que un átomo pueda
participar de la actividad biológica, debe cumplir determinados
requisitos respecto a la posición temporo-espacial de su eje energético.
En términos generales la tendencia debe
estar ubicada entre la variable entropía y hacia el futuro,
ya que la vida significa movimiento, intercambia y liberación de
energía, avance hacia el futuro. No existe la vida estática.
Para que un átomo participe de la actividad biológica respondiendo a las cualidades de la Energía Vida, debe poseer la facultad cuántica de liberar energía en forma mas o menos persistente y moderada, es decir tendencia a la entropía, pero no excesiva, puesto que la liberación rápida (como la hace un isótopo radiactivo) no permite que se desarrollen los mecanismos vitales. Además este mismo átomo debe tener cierta tendencia hacia el futuro, también con cierta moderación, pues si su avance en el tiempo es muy acelerado genera un envejecimiento prematuro, o caso contrario, una mayor tendencia hacia el pasado no permitiría el avance de la vida en el tiempo.
Posición teórica ideal de los componentes biológicos
Si entre los átomos que constituyen la materia
viva existen algunos con exagerada tendencia a la inercia o proyección
al pasado (lo que involucra una modificación en el eje energético
del átomo y por ende en su libertad de acción) se afectan
los mecanismos biológicos de los que participan, generando efectos
no compatibles con la Energía Vida y dando origen al proceso llamado
enfermedad.
Dentro de la orientación que debe mantener el átomo para
participar de la actividad estándar es relativa, por que puede
plantearse factores de compensación, para lograr una resultante
adecuada.
Las moléculas del tejido vivo están constituidas fundamentalmente
por átomos de carbono, hidrógeno y oxígeno: representaremos
en esquema esta molécula, la posición temporo-espacial de
cada uno de sus átomos y la resultante de la molécula.
Si uno de los componentes varía según su posición temporo-espacial, la resultante no poseerá mayores desplazamientos, pero cuando el número de componentes alterados es significativo, la resultante se ve comprometida y también su funcionalidad en el sistema biológico.
En esta molécula, la desviación del eje
de un átomo de carbono y otro de hidrogeno no ejercen cambios significativos
en la resultante.
En esta molécula la desviación hacia la inercia de varios
átomos se ve reflejada en la resultante.
Así es como, para los sistemas biológicos, se manifiesta
una tercera ordenada, que indica variabilidad que se imprime a la posición
temporo-espacial en algún sistema y que implica los cambios de
adaptación, o no, al medio. Es en realidad el
condicionante externo, que al actuar
sobre la sustancia orgánica le imprime un cambio en su posición
temporo-espacial desencadenando un efecto generalmente adverso.
Este condicionante, en el ser humano esta supeditado
a un factor específico, que es el libre albedrío.
Es decir que esta coordenada se modifica por las acciones energéticas
que se liberan por nuestro accionar; la intencionalidad y la adaptación
respecto al medio, donde la voluntad juega el papel de piloto.
Entonces, desde el punto de vista cuántico,
un individuo de la raza humana se puede evaluar según la resultante
de los elementos, sustancias, células, tejidos y órganos
que lo constituye; en la proyección sobre seis coordenadas: dos
en la horizontal que representan el pasado y el futuro sobre la variable
Tiempo; dos sobre la vertical que traducen la tendencia a la entropía
hacia arriba y la inercia hacia abajo y por último dos oblicuas,
que representan las acciones y la variabilidad que estas imprimen respecto
al pasado, presente, entropía e inercia. Esta variable está
comandada en el ser humano por la voluntad, que es el elemento
que diferencia un cuerpo de un ser.
Es menester aclarar que los diagramas en el espacio tiempo son cuadridimensionales, tema que esta fuera del alcance de nuestro entendimiento y que a los fines prácticos no difieren en mayor medida la interpretación que pretendemos dar al concepto de posición temporo-espacial por lo que continuaremos nuestra concepción de la materia viva en nuestro diagrama sobre tres variables. (Espacio, Tiempo y actitud).
Esta concepción de la posición ideal del eje energético en el espaciotiempo, para las sustancias biológicas, es variable según el tejido u órgano del que forma parte o de la función que le compete. Por ejemplo, los átomos y moléculas que forman el tejido óseo tienen una mayor tendencia a la inercia y menor propensión al futuro, por ello este tejido es más estable en el tiempo (aún después de la muerte biológica), en tanto que el tejido nervioso, con su sistema sensoperceptivo, está constituido por átomo con mayor tendencia a la entropía y al futuro.
De igual forma se interpreta con relación a la
variable tiempo: Existen órganos o sistemas que tienen mayor tendencia
hacia el futuro, como lo es el Sistema General de Histocompatibilidad
(SGH), el que debe detectar en primera instancia las sustancias con que
el organismo se pone en contacto en su interrelación con el medio
ambiente, (y aún con anterioridad, pues la función de onda
que la antecede le permite detectar con antelación un acontecimiento.
El sistema inmunitario se relaciona más con el pasado, pues su
aparición indica vulnerabilidad de los mecanismos de defensa y
nos refiere hechos ocurridos en el pasado (enfermedades o contagios).
Acción de los sistemas de transferencia de campos ultra sutiles
El sistema de TCUS, promueve su acción a partir
de la creación de un campo interactivo,
mediante la aplicación de un potencial fraccional sobre elementos
transductores del mismo, efectuando un aporta de trabajo que
rompe la condición de desorden o desequilibrio existente y gesta
un nuevo orden a partir de la reorientación de cargas a nivel molecular
y celular, basado en establecer un estado coherente y lógico de
los electrones.
Toda actividad o transferencia de fuerzas obedece al traslado de electrones
que viajan a través del organismo, si este pasaje es interceptado
y/ o desequilibrado tenemos una patología, que se manifestará
como disfunción.
Estructuralmente cualquier organismo biológico puede ser considerado
como un ser compuesto de partes o elementos mecánicos resonantes.
La condición de resonancia o de máxima vibración
en cada órgano o parte está en la relación con su
forma específica, tamaño y constitución, es decir,
con su morfología e histología.
Por medio de la aplicación de un estímulo adecuado y de
la frecuencia concordante, puede obtenerse entonces la singular resonancia
de un órgano.
Establecido este concepto, cualquier disfunción o alteración
orgánica sea cual fuere su etiología, es el resultado de
una alteración en la condición de resonancia del o de los
órganos de los campos respectivos.
Este sistema de TCUS es una configuración de sensores-emisores
de campos capaz de transferir funciones lógicas sin contacto físico.
Este sistema genera, conduce e intercambia con
el paciente campos ultra sutiles modificando las condiciones se alta entropía
en baja entropía. Al crearse un estado artificial mediante
la generación de campos ultra sutiles, se establece un orden definido
con dirección y sentido, cuyo movimiento migratorio se origine
por afinidad de los respectivos átomos hacia los potenciales o
efectores de los correspondientes transductores.
Al crearse un nuevo campo diferencial lógico,
se establecerá por afinidad una orientación con dirección
y sentido coherente en las partículas fundamentales y por consiguiente
en átomos y moléculas, que se traducirá en una reversión
de la patología. Ello estará acompañado de adecuación
alimenticia y cambios de actitud.
Efectos con finalidades terapéuticas que se observan con la aplicación del Sistema de Transferencia de Campos Ultra Sutiles
A través de los resultados terapéuticos
obtenidos en diferentes patologías, se pudo determinar que los
sistemas generan un orden a partir de la emisión de campos interactivos;
luego el propio organismo se faculta para desarrollarar
su propio mecanismo de defensa. Así las alteraciones provocadas
a nivel de las cargas polares en las células, normaliza el flujo
informático de las mismas a través de la membrana celular
con adecuación del caudal de biofotones (encargados de dar energía
para la nueva comunicación).
La terapéutica de campos ayuda
a adecuar la comunicación de las diferentes
funciones, no admitiendo acciones solitarias; por lo tanto, creara
vínculos inexistentes, que ordenaran las comunicaciones, reestructura
el desarrollo de las formas, regula la neurotransmisión con eliminación
de toxinas y efecto sedativo. Permite reordenar las posiciones
témporo-espaciales del electrón que es uno de los constituyentes
elementales de los órganos.
Los campos actúan sobre el sistema reticuloendotelial restableciendo
el sistema neurológico con intensa fagositosis de detritos celulares
y tisulares.
Las ondas fisiológicas son las que sostienen
la vida permitiendo la comunicación celular, cuando las
ondas son anormales, las células presentan alteración que
emiten campos magnéticos anormales. Luego de las aplicaciones,
las ondas anormales de células patológicas se transforman
recuperando la memoria normal.
La estructura del átomo nos indica que entre el núcleo y
los electrones existe un vacío relativo, pues contiene un campo
que permite que se transmitan las fuerzas de atracción, repulsión,
fuerzas gravitacionales, campos EM (llamado zona de campo cuántico).
El campo cuántico es el espacio que organiza
la actividad de todo lo manifiesto. Es una energía muy sutil.
Resistencia orgánica al paso de la energía:
La medicina cuántica utiliza formas especializadas de la energía, para actuar positivamente sobre aquellos sistemas energéticos que pierden su equilibrio por el estado de enfermedad. Todos los organismos necesitan de una constante energética que origine un sinergismo, el ser vivo como un todo, es mas que la suma de sus partes. Esa fuerza introduce la organización en los sistemas vivientes, restaura y renueva constantemente el vehículo celular de expresión.
Conceptualización del hombre según la medicina cuántica
La revolución cuántica produjo un inevitable
cambio en la visión del mundo y demostró que
todo lo que está a nuestro alrededor está conectado por
infinitos campos cuánticos, siendo los mismos los constituyentes
de la materia que se conoce en el universo, por lo tanto el hombre no
puede estar ajeno a ello.
La incorporación de este sistema terapéutico, en el diario
trato con los enfermos portadores de diferentes patologías, nos
permitió comprender al paciente
como una unidad funcional, logrando con
ello llegar a lo mas profundo de su Ser.
Es tarea del profesional analizar el "real" origen de la enfermedad
considerando siempre al enfermo siempre
en su totalidad y tratando de aprender
su estructura básica de personalidad, objetivos, proyectos, sentido
de vida, alimentación, duelos, relaciones laborales, familiares
y aún más allá, en su interrelación con el
universo y desarrollar todo su potencial creador.
Siguiendo esta conceptualización integradora del hombre, nosotros
acompañamos al paciente en su poder de autorregulación,
aumentando sus posibilidades de comunicación
que lo leva a una más profunda comprensión
de la vida, desarrollándose en armonía consigo mismo
y con el entorno, potencializando sus condiciones naturales propias más
aptas, para resolver eficazmente las circunstancias que hace a su diario
existir.
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